Análisis de Sifu

Tras su paso por otras consolas y después de una espera de algo más de un año llega por fin uno de los juegos indies más importantes del 2022. Se trata de Sifu, un videojuego de artes marciales que hizo mucho ruido el año pasado y que se ha convertido en todo un referente para los títulos de peleas. Ahora ha llegado el momento de disfrutarlo en nuestras flamantes Xbox y, por supuesto, con una magnífica optimización para Xbox Series S y X y algunos añadidos extra que lo convierten en la mejor versión que existe del juego. La espera ha merecido la pena y en Área Xbox estamos muy satisfechos con el resultado.

¡Preparados para el combate!

El estudio parisino de Sloclap ha sido el encargado de llevar a cabo esta pequeña obra maestra independiente. No obstante, no es de extrañar que de sus manos haya salido un juego de este calibre ya que tienen antecedentes en esto del kung-fu. En 2017 lanzaron Absolver, un juego de acción en línea que permitía a los jugadores competir entre ellos y contra la IA en un mundo abierto usando combinaciones de técnicas inspiradas en diferentes estilos de artes marciales. A mi juicio, no se le reconoció debidamente el mérito que se merecía. No obstante, Absolver ha vendido hasta la fecha más de 300.000 copias y millones de jugadores lo han probado a través de programas como el Xbox Game Pass

Sifu hereda sin pudor muchas características de su antecesor y perfecciona aspectos que quedaron sin pulir en su momento. No es el mismo juego, ni mucho menos, pero para los que lo llegamos a jugar en su día no podemos evitar ciertas referencias. Tanto el aspecto gráfico como los pulidos movimientos de combate nos hacen recordar demasiado a Absolver, título al cual han tenido el detalle de regalarle unos cuantos cameos dentro del propio Sifu.

Homenaje a Absolver, el anterior título de la desarrolladora

Sifu: una historia de venganza

Este juego de acción en tercera persona, con intensos combates cuerpo a cuerpo, te pone en el papel de un discípulo de kung-fu que busca venganza contra los asesinos de su familia. Siendo niños, una noche vemos cómo un grupo de 5 luchadores asaltan la escuela de artes marciales de nuestro padre y acaban con su vida delante de nuestros ojos. El responsable de tal acto atroz es Yang, un ex alumno que ansía un poder oculto en la escuela. Tras asesinar a nuestro padre intenta acabar con nuestra propia vida.

Sin embargo, el malvado Yang no sabía que teníamos en nuestro poder un misterioso amuleto que nos devolvería a la vida. Tras 8 años de duro entrenamiento y sacrificio ha llegado la hora de buscar a Yang y sus secuaces y cobrarnos nuestra venganza.

Una vida para aprender kung-fu

Tanto si elegimos jugar con un personaje masculino o femenino, Sifu nos llevará a meditar sobre el aprendizaje y la valentía en nuestro camino hacia la venganza. Esto es un “Yo contra el barrio” de manual, sacado de las mejores películas de artes marciales, a las cuales hace referencia en muchas ocasiones durante el transcurso del juego. Uno contra todos, sin aliados, con innumerables enemigos y con un talismán que nos devuelve a la vida cada vez que morimos…pero pagando un precio

El uso de nuestra arma secreta supone un coste considerable: cada vez que caemos volvemos al combate siendo un año más viejos, con todo lo que el envejecimiento conlleva. Conforme nos hacemos mayores iremos ganando fuerza y potencia pero perdiendo salud. Empezaremos nuestra aventura con 20 años y ha medida que vayamos cayendo iremos sumando años hasta llegar a los 70 aproximadamente. Esto no es matemático puesto que también es importante el contador de muertes. Si morimos con un grupo de enemigos repetidamente, nuestro multiplicador de edad irá subiendo de manera exponencial, no de uno en uno. Esto conlleva a una penalización muy severa por jugar mal, ya que cada vez será más complicado avanzar. No obstante, si morimos y rápidamente eliminamos a ese grupo, nuestra edad habrá subido, pero nuestro contador de muertes irá bajando poco a poco. El contador de muertes, al fin y al cabo, es lo que hace que nos sumen más o menos edad.  Por lo tanto, es importante ir aprendiendo a luchar mejor para tenerlo siempre lo más bajo posible

La historia del talismán no aporta nada a la trama de Sifu

Esta es la mecánica principal de Sifu. Es un sistema que funciona bien para lo que propone el título, que hace especial énfasis en el aprendizaje y la superación constantes. Muy al estilo de Dark Souls. Sin embargo, en cuanto a la historia o argumento no está bien llevado. Este asombroso poder no tiene mayor relevancia para los personajes de la historia, más allá del simple hecho de proporcionarnos vidas para continuar. De hecho, cuando nos matan y resucitamos es algo muy frío, sin apenas trascendencia argumental o por lo menos visual. La transición es casi inexistente y poco relevante. Cuando nos abaten aparece un menú con el talismán donde se nos pregunta si queremos resucitar o morir para reiniciar el nivel. Nada más. Si aceptamos volver a la vida, aparecemos en el mismo lugar donde perecimos para continuar abatiendo a los enemigos que teníamos pendientes. Pienso que el estudio podría haberle sacado más partido a esta idea para hacer una historia más misteriosa e interesante.

Un sistema de combate muy satisfactorio, desafiante y pulido

Lejos de tener una historia cautivadora, donde brilla de verdad Sifu es en los combates. Es una auténtica delicia darse de tortas con los maleantes que nos acechan. El sistema de combate es de los más pulidos que hemos visto en mucho tiempo en un beat ‘em up. Y es que este título podría considerarse más un juego tipo Souls que un clásico Yo contra el mundo. O al menos es un cruce perfecto entre ambos, ya que mezcla con maestría el espíritu de uno con la esencia y buen hacer del otro. 

Tenemos, básicamente, un botón para los golpes rápidos y otro para los más contundentes. Con ellos dos y manejando el stick de movimiento debemos crear combos mortíferos para ir abriéndonos paso por los escenarios. El encadenamiento de golpes es prácticamente perfecto. Toda una delicia. En cuanto a la defensa tenemos los típicos botones de esquiva y el de bloqueo/parry pero no debemos menospreciarlos puesto que son la clave para tener éxito en Sifu. Si piensas que podrás liarte a mamporros pulsando los botones a diestro y siniestro para matar a todos los enemigos estás muy equivocado. Ni siquiera en el nivel de dificultad más fácil (tiene 3) podrás salir airoso si utilizas la técnica del machacabotones. Tus enemigos no esperan su turno y no muestran sus intenciones, por lo que debemos estar muy atentos a sus movimientos y estar preparados para defendernos y contraatacar de la mejor manera posible.

Aquí en Sifu, como en muchos otros aspectos de la vida, una buena defensa es el mejor ataque. Es importante tener este aspecto en cuenta ya que Sifu cuenta con un delicado sistema de equilibrio, muy parecido al de Sekiro. A base de esquivar, bloquear y desviar los golpes iremos subiendo la barra de equilibrio al oponente hasta completarla, momento en el que quedará casi expuesto para hacerle algún tipo de remate.

Los escenarios son partícipes de la acción

Mientras avanzamos por los escenarios deberemos aprender poco a poco a dominar el arte del kung-fu. Esquivar, bloquear, golpear, utilizar combinaciones y ser como el agua fluyendo por unos entornos cautivadores. Ya sea luchando en el sótano de un club nocturno, atravesando finas galerías o navegando verticalmente por un imponente edificio de oficinas debemos evitar a toda costa que nos rodeen. Un posicionamiento cuidadoso y un uso inteligente del entorno a nuestro favor son claves para la supervivencia. Los escenarios están llenos de objetos que pueden ser usados como armas cuando las cosas se ponen feas. De esta forma, debemos usar todo lo que tengamos a mano para combatir: objetos arrojadizos, armas improvisadas, saltar por ventanas y repisas, rodar por encima de las mesas… La suerte en este juego no está de nuestra parte y los enemigos no nos concederán clemencia.

El repertorio es amplio así que las combinaciones a la hora de enfrentarnos a los enemigos son numerosas y podremos crear unas coreografías espectaculares dignas de la mejor película de Jackie Chan. Por cierto, Sifu tiene una opción de grabar tus movimientos y editar las repeticiones. Podremos ver y editar nuestras propias secuencias, algo que hará las delicias de los amantes del cine de acción.

Mejorar y aprender es la clave en Sifu

En nuestro recorrido encontraremos coleccionables que nos explicarán algo más de la trama y unos tótems o monumentos en forma de dragón. No paséis de largo cuando los veáis. En estos momentos, podemos gastar los puntos que hayamos conseguido para conseguir mejoras, ya sea en nuestras capacidades físicas o adquirir técnicas nuevas de combate. Mucha atención en este punto porque Sifu tiene un fuerte componente roguelike. ¿Qué significa esto? Pues que si se acaba la partida deberemos empezar una nueva, por lo que las técnicas que hayamos comprado no estarán disponibles en la nueva aventura, salvo que las hayamos hecho permanentes gastando unos puntos extra. Esto sirve también para el “end game”. Cuando acabemos el juego podremos volver a empezar y sólo acumularemos aquellas técnicas que hayamos conseguido hacer permanentes. El resto habrá que volver a desbloquearlas.

La dificultad a veces es demasiado elevada

Sifu tiene una duración bastante corta, en torno a las 5 horas si ya tenemos cierta destreza. Aún así, debido a la intensidad con la que lo jugamos cada partida, la duración está bastante ajustada. Este juego no es precisamente un paseo, por lo que las primeras partidas se nos pueden hacer bastante cuesta arriba hasta que le pillemos el truco. Una vez dominados los fundamentos del kung-fu ya podremos movernos con un poco más de soltura. Pero sin confiarnos del todo porque cualquier enemigo común puede ponernos las cosas muy difíciles en cualquier momento.

Y no hablemos ya de los jefes de final de fase. Son extremadamente duros y pueden suponer un punto de frustración para el jugador poco paciente. Existe un desbalance bastante importante respecto al resto de enemigos y en ocasiones puede resultar bastante injusto. Mi consejo es que intentéis llegar lo más jóvenes posible al enfrentamiento final ya que es probable de que os consuman una buena cantidad de años.  

Una vez finalizado el juego, ¿te has quedado con más ganas de kung-fu? Puedes volver a empezar una partida desde el principio para descubrir todos los secretos y bifurcaciones de los escenarios (no son muchas) o puedes dedicarte a superar un reto mayor. Tu camino hacia la maestría se llenará de novedosos obstáculos en las Arenas

Las Arenas: demuestra lo que vales

Prepárate para combates espectaculares, oponentes brutales e infinitas oportunidades de pulir tus movimientos. En las Arenas asumiremos varios retos en escenarios considerablemente más pequeños contra oleadas de enemigos. Los objetivos son variados, como acabar en el menor tiempo posible con ciertos enemigos, llegar hasta el final con la menor edad posible o acabar con todos los malhechores usando ciertos movimientos. Cada Arena tiene varios modificadores de combate que nos harán afrontar los retos cada vez de una manera distinta. Además, muchos escenarios están basados en famosas películas de acción que identificarás enseguida si eres amante del género. Existe un total de 9 mapas con 5 niveles cada uno y dominarlos todos es un desafío que sólo está al alcance de los mejores sifu.

Otros añadidos de esta versión de Xbox son nuevas vestimentas para nuestro luchador o luchadora. Superando ciertos retos en el juego podremos desbloquear varios trajes para personalizarlo a nuestro gusto y lucir nuestras mejores galas a la hora de darnos de hostias. También han añadido algún movimiento nuevo y han pulido unos cuantos de la versión anterior. Nada del otro mundo pero no hace más que mejorar un producto que ya era casi redondo.

Apartado técnico más que correcto

Al igual que en su antecesor Absolver, con Sifu han decidido mantener un aspecto visual muy similar para que podamos identificar de dónde proviene. De hecho yo no sabía quién había desarrollado el juego y cuando lo vi me vino enseguida a la mente Sloclap. Su estilo artístico es muy particular, poligonal y colorista, con poco detalle, con ángulos y sombras muy marcadas para dar profundidad. Puede gustarte más o menos pero lo cierto es que a este título le sienta fenomenal y es ya un sello de identidad de la casa.

Los escenarios son pequeños pero con bastantes detalles teniendo en cuenta que es un juego AA. Un problema que tiene es la cámara, para mi gusto demasiado cercana. En ocasiones nos va a dejar en evidencia contra enemigos que están en habitáculos estrechos. Se vuelve loca o se coloca detrás de la pared impidiendo que veamos nada. 

En cuanto al sonido nada que reprochar. Los efectos de los golpes, cortes y choques están muy bien conseguidos, tendiendo más hacia el realismo que hacia los efectos exagerados de las películas “de chinos”. La banda sonora, por su parte, corre a cargo de Howie Lee, el compositor con sede en Beijing que ha mezclado influencias tradicionales chinas con música electrónica contemporánea.

La práctica hace al sifu

Bienvenido a Xbox. ¿Merece la pena jugar a Sifu después de más de un año? Por supuesto que sí. Sin duda. No es perfecto, tiene algunos problemas con la cámara, tramos de dificultad muy desbalanceados y el aspecto gráfico tiene que entrarte por los ojos. Además en cuanto a historia flojea bastante y hay ciertas transiciones que están muy poco trabajadas. No es un juego para todo el mundo.

No obstante, nos encontramos ante uno de los mejores títulos de artes marciales de todos los tiempos. Sifu respira kung-fu por los cuatro costados y el amor con el que está hecho se hace palpable desde el tutorial de inicio. Sifu habla del tesón, el aprendizaje y la superación. Al igual que el propio kung-fu, el título requiere práctica. Es un camino tanto para el cuerpo como para la mente. Aprender de nuestros errores, desbloquear habilidades únicas y hallar la fuerza para dominar las más devastadoras técnicas será lo que nos abra camino para llegar a convertirnos en el verdadero Sifu.

Sifu

39,99 €
9

GRÁFICOS

9.0/10

SONIDO

8.5/10

JUGABILIDAD

9.5/10

Pro.

  • La jugabilidad es magistral
  • Los combates son muy satisfactorios
  • Los movimientos están a un altísimo nivel

Contra.

  • Algunos desbalances en la dificultad
  • La cámara te deja vendido en ocasiones
  • Repetir los mismos escenarios puede llegar a cansar pronto

Acerca del autor

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Gamer desde los 80. Amante de los animales y el buen cine. Licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas. A veces salgo en películas por detrás.

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